CAUSAS
Factores causantes de la bulimia
Al igual que la anorexia, se
trata de un cuadro cuya etiología sólo puede entenderse bajo un enfoque multifactorial.
Aplicando el mismo modelo de la anorexia nerviosa, se dividirán en factores
predisponentes o de riesgo, factores desencadenantes y factores perpetuanes.
Factores predisponentes o de
riesgo. Incluyen factores individuales, familiares y socioculturales.
Individuales. Se trata de
factores genéticos, biológicos y de personalidad. Afectan más al sexo femenino
y se ha observado que entre los familiares en primer grado de las bulímicas
existen otras pacientes bulímicas, por lo que se cree que hay un componente
genético. Entre los biológicos destaca la disminución de la función del
neurotransmisor serotonina, lo que provoca ausencia de saciedad y, en
consecuencia, se producen comilonas, sobre todo a base de azúcares. La
personalidad es de tipo depresivo, ansiosa, y presentan rebeldía, hostilidad,
impulsividad y aislamiento.
Familiares. Suelen ser familias
conflictivas y desorganizadas. En las madres de personas con bulimia se ha
observado una mayor insatisfacción con la propia imagen, e incluso con la de
sus hijos, siendo ellas mismas aficionadas a las dietas. Los padres acostumbran
a ser dominantes y controladores, muy intrusivos en las vidas de sus hijos, con
talantes exigentes y haciendo comparaciones entre unos hijos y otros.
Socioculturales. Los modelos de
imagen a imitar, la figura y la esbeltez como valor en sí actuarán por un
mecanismo similar al de la anorexia.
Factores precipitantes o
desencadenantes. El principal factor desencadenante es el inicio de una dieta
que se produce después de un aumento de peso real o debido a una fobia a los
cambios de forma corporal cuyo origen se remonta muchas veces a la pubertad.
También suelen ser factores desencadenantes los conflictos emocionales y los
acontecimientos vitales estresantes, al igual que en la anorexia.
Factores perpetuantes. Hay varios
factores que pueden causar perpetuidad de la bulimia:
– Las alteraciones emocionales
secundarias a la conducta de sobrealimentación descontrolada (ansiedad, culpa y
vergüenza).
– La disminución de la sensación
de saciedad por la alteración de la función de la serotonina.
– El trastorno alimentario puede
conseguir el aparente equilibrio familiar, colaborando así en su perpetuidad.
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